jueves, 20 de diciembre de 2007

Especiales animados de Navidad


Tal como ocurre cada vez que se presenta una festividad en el calendario, programas y series de televisión se preparar para lanzar al aire sus “especiales”. Navidad no es la excepción, muy por el contrario, es un recurso muy usado para transmitir de una u otra forma lo mejor que tienen sus personajes.
Particularmente me acuerdo de varios episodios de la serie Ranma ½, que tornaban alrededor de estas fiestas. Específicamente, cuando Ranma, protagonista de esta historia, escucha como Akane, la chica con la cual lo comprometió en matrimonio su padre, decir cuáles son los regalos que a ella le gustaría recibir para la Merry Christmas; uno a uno los comienza a enumerar y Ranma hace como que no oye. Durante ese día Ranma se pierde y nadie sabe dónde se encuentra o qué está haciendo; como buenos protagonistas de serie nipona, todos los muchachos están detrás de Akane y todas las chiquillas detrás de Ranma, por lo que Akane cuando se comienza a preocupar, empieza a creer que las fiestas no las pasará con ella y su familia, sino con alguna de sus postulantes a novia. Al final ella decide enfrentarlas diciéndoles que Ranma es su novio y por lo tanto, las fiestas las pasará con ella. Cuando regresa a su casa, para su sorpresa, ve que la gran mayoría de los personajes que salen en la serie, están allí, todos con su respectiva colaboración, ya que si no podían llevar a Ranma a sus respectivas casas, vendrían a su casa con él. Akane, más que molestarse, se alegró de que a pesar de sus diferencias, lo que prevalecía era pasar unas lindas fiestas. Al momento llegaba Ranma con muchos paquetes en sus brazos, cargando las cosas que Akane había dicho que quería como regalos de Navidad.
Siendo Japón un país cuya religión no se sustenta principalmente en el Cristianismo, sino en el Budismo y el Shintoismo, igual llama la atención que sus monos chinos dediquen varios de sus capítulos para que sus personajes saquen lo mejor de ellos, rescatando más que un significado histórico, un significado simbólico de estas fiestas de fin de año, donde se renuevan esperanzas con un año que comienza que puede ser mil veces mejor, tal vez porque esto último es un deseo, un sentimiento que trasciende toda religión o credo.